Poco a poco, pero de una manera imparable, el periodismo digital está transformando el mundo de la comunicación audiovisual. Imágenes captadas con dispositivos móviles abren cada día los telediarios y ponen en jaque la agilidad de los equipos profesionales para grabar y retransmitir lo que "está pasando" en tiempo real. El debate sobre el uso o abuso de estas herramientas en los medios convencionales es un hecho. Algunas categorías profesionales se resisten a su utilización o lo consideran una amenaza que esconde un detrimento de la calidad profesional bajo el manto de la inmediatez. Quizás la clave está en aceptar que cada trabajo tiene su herramienta y que los dispositivos móviles y todas aquellas aplicaciones que los rodean pueden ser un complemento esencial para la comunicación audiovisual. El mobile Journalism (MoJo) no debería convertirse en una competencia desleal al periodismo y reporterismo profesionales. Su ejercicio requiere nuevas habilidades y destrezas, sí, y puede que un nuevo lenguaje narrativo, pero el rigor, la verificación y el contraste de la información seguirán siendo los pilares de esta nueva forma de comunicar que, nos guste más o menos, ya forma parte de la cuarta revolución industrial.
