RTVE no es el ave Fénix
En sus 62 años de existencia RTVE ha sobrevivido a los más crudos avatares. Curiosamente, ni la irrupción de las televisiones privadas, ni la asfixia financiera, ni la dirección errática de numerosos gestores, ni siquiera la manipulación sistemática a la que la han sometido la mayoría de sus gobiernos de turno durante décadas, han llegado a cercenar un servicio público que, a pesar de sus preocupantes fluctuaciones de audiencia, sigue entrando cada día en millones de hogares. Ya sea por tradición, por apego a contenidos de notable aceptación, o quizás para no tener que digerir los cortes publicitarios de sus competidores privados, multitud de oyentes y espectadores, incluso aquellos que lamentamos la deriva de manipulación y deterioro que ha tomado RTVE en los últimos años, seguimos pulsando a diario los primeros dígitos almacenados durante años en su mando a distancia.