Seis y media de la mañana y muchísimo frío en Nueva York. Enrique Iglesias sale de este céntrico hotel de Manhatan dispuesto a comerse el mundo, dispuesto a comerse la gran manzana. Lo primero que tiene es un concierto a las 8 de la mañana en pleno aire libre. La verdad es que la música latina está pegando fuerte en EE. UU., pero hace falta tener el corazón muy caliente para ganarse al público a quince grados bajo cero…